Si los queréis hacer al vacío, trocead la fruta un poquito más grande que si la fuérais a consumir directamente, para evitar que se haga puré con la presión de la pasteurización.
En invierno se puede conservar perfectamente en el frigorífico, cubiertas con el jugo o zumo y cerradas en un frasco. Cuidado en verano, porque si no hervís los tarros, pueden fermentar, se estropeará y no los podrás consumir.